El problema es que algunos Chiringuitos han pasado a ser auténticos restaurantes y discotecas ilegales que incumplen la normativa medioambiental y de ruido, incumplen horarios abriendo hasta altas horas de la madrugada y ocupan de forma ilegal espacio público prohibiendo incluso a quienes no son sus clientes acceder a parte de la playa.
La Opinión de Málaga