Estos empresarios defienden la idea de que el ‘botellódromo’ sea controlado por la iniciativa privada para eliminar el gran costo de servicios de mantenimiento que soporta en la actualidad el Consistorio granadino por esta actividad lúdica.
La finca que proponen, de 32.000 m2, cuenta con carpa para la zona de botellón, merendero, bodega, terraza de verano al aire libre, escenario para conciertos, y el desarrollo de actividades socioculturales.